El pecho se le oprimía con cada centímetro de esfuerzo, las líneas del rostro marcadas a fuego en sus facciones una vez puras.
El viento creaba un frenesí de sonidos y colores, su cuerpo no resistía el movimiento y el esfuerzo le quemaba la piel
Él se alejaba cada vez más, su voz fallaba por la duda y el vacío que sentía en el pecho
El cielo enfurecido dejó el camino libre a la tempestad que se avecinaba, y comenzó a llover...
Ella sintió una sacudida en el pecho oprimido, liberándola de la sensación de necesidad que se había instalado en su cuerpo años atrás
Ella soltó los brazos al viento, abandonándose a la corriente que amenazaba con enviarla lejos
Intentó alcanzarlo una vez más...
Y voló con el viento
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